NUEVAS MASCULINIDADES

5 de marzo, 2020

Desde la panza nos asignan un género. A partir de ahí, nuestros progenitores nos llevan por dos caminos diferentes.
Aunque nacemos con conductas que son socialmente asociadas a «lo femenino» (lloramos, pedimos atención, nos encaprichamos, gritamos, hacemos “drama”, etc.), durante el resto de nuestra crianza, «papá y mamá» se encargarán de sacarnos a los varones la capacidad de lidiar con los sentimientos, porque “es una muestra de vulnerabilidad”, y eso «es poco masculino».
Así es como nos mutilan, nos sacan lo que somos y nos asfixian por el resto de nuestras vidas.
Nos enseñan a controlar los sentimientos, en vez de dejarlos salir. Esa masculinidad se construye en oposición a lo que llamamos “femenino”. No es una masculinidad positiva, ni libre, ni plena. Por eso, compañeros, decir lo que sentimos es un acto político.
Porque esa masculinidad surge del miedo: a no cumplir nuestro rol de machos, a que nuestros hijos nos vean débiles, a que nuestras compañeras de trabajo sean más aptas, a que nuestras parejas ganen más que nosotros… ¿Podremos alguna vez darnos cuenta de que nuestro vacío, nuestro odio y nuestra violencia provienen del miedo a asumir nuestras debilidades? Tal vez cuando lo hagamos encontremos nuevas fortalezas… René Residente. Chirimbote Editorial.

Archivos