Los caminos del aborto en la Argentina
Podemos criticar mucha cosas de la Argentina, pero debemos reconocer que somos vanguardia en muchas otras, como la implementación legal del Matrimonio Igualitario y la Ley de Género entre otras. Ahora, la Argentina, entre medio de disputas, debates, ideas arcaicas, retrógadas, conservadoras y prejuiciosas, donde no se toma en cuenta la realidad, la población vulnerable, lo que se hizo, se hace y se seguirá haciendo (de manera legal o ilegal) versus pensamientos racionales y sensibles que aspiran a un mundo más real, teniendo en cuenta a las mujeres que piden a gritos no sentirse obligadas a tener hijos, cargar con ellos, cuando no está en su deseo: la ley parece un hecho. Pero todavía falta un tramo…
Ese camino legislativo no empezó este verano cuando el pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito estuvo presente en la televisión mainstream y estalló las redes sociales en forma de hashtag. Es un andar histórico que desembocó el último 6 de marzo en la presentación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. El Congreso se empezó a pintar de verde. Se trató de la séptima presentación que se hizo desde este espacio federal que empuja la ley hace 13 años en todo el país y la primera que tomó estado parlamentario.
Esta presentación es la expresión de la unidad feminista que ensaya una forma de hacerle frente opositor al CEO-machismo de la Alianza Cambiemos y que se expresa en las multitudinarias y heterogéneas asambleas para organizar el #8M. Por primera vez el proyecto lo encabezarán cuatro diputadas firmantes: Victoria Donda (Movimiento Libres del Sur), Brenda Austin (UCR-Córdoba), Mónica Macha (Unidad Ciudadana) y Romina del Pla (Frente de Izquierda).
Así como las diputadas se unieron para lograr la ley de paridad en noviembre de 2017, ahora empujaron la legislación desde la solidaridad política, esquivando las lógicas facciosas de vínculos políticos patriarcales y apostando a una acción colectiva transversal. La primera medida de las diputadas fue pedir una sesión extraordinaria para el mismo 8 por la urgencia de la demanda y la fecha que se convocará al Paro Internacional.
Para conseguir que se abra una sesión especial, son necesarixs 129 diputados y diputadas que den quórum. Aunque el gobierno se apresuró a filtrar a las corporaciones mediáticas que estaban a favor del debate en el Congreso, luego fueron marcha atrás y advirtieron que no se sentarán en sus bancas el número de legisladores necesarios para la sesión parlamentaria.
“La puesta en debate tiene que ver con la fuerza que conseguimos el movimiento de mujeres organizado y movilizado en la calle”, dijo Victoria Tesoreiro, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir y de la Campaña. “Después de las convocatorias de Ni Una Menos se dio un salto cuanti y cualitativo en torno a las estrategias y a las articulaciones. Y también hay un recambio generacional”, resaltó y destacó la cantidad de pibas en el pañuelazo del lunes 19.
La iniciativa de la Campaña fue girada a varias comisiones, encabezadas por representantes de la alianza Cambiemos: Salud, que está dirigida por Carmen Polledo, quien ya había expresado en contra del derecho al aborto; Legislación General —que preside Daniel Lipovetzky—; Legislación Penal —a cargo de Gabriela Burgos, de la UCR—; Familia que es comandada por Alejandra Martínez —también de la UCR— y Presupuesto, coordinada por Luciano Laspina.
El tratamiento en comisiones comenzó el 10 de abril y culminó el 31 de mayo. Fueron 15 jornadas, 108 horas de exposiciones y 724 expostitorxs ante lxs diputados y diputadas de las comisiones. De un lado hubo argumentos científicos, sólidos y diversidad en las edades, procedencias geográficas. Del otro, opiniones y despliegue de performance que incluyeron besar muñecos de plásticos, mostrar ecografías y hasta una foto de Hitler. Los grupos anti derechos hicieron foco en la terrorización sobre la práctica abortiva; mientras las feministas posicionaron el tema como una cuestión de salud pública, derechos humanos y autonomía de las personas gestantes. Afuera, los pañuelazos se multiplicaron en cada rincón del país. Los martes y jueves verdes, día del plenario de comisiones, se volvieron una cita obligatoria en la puerta del Congreso
El martes 12 de junio llegó el momento del dictamen: obtuvo 64 firmas a favor y 57 rechazos. Ese fue el primer round ganado. Luego, el 13 y 14 de junio en una sesión tan histórica como maratónica se logró la media sanción: 129 diputadxs apoyaron el proyecto y 127 lo rechazaron. Afuera, la calle desbordó en todo momento en un acampe feminista en espera de la media sanción. Fue una demostración de organización y tenacidad militante. Adentro se ganó con transversalidad política a último momento en una votación que estuvo empatada. La media sanción se gritó como se festeja un gol tanto en Pasos Perdidos como en la calle. Una verdadera fiesta verde y feminista.
Los saldos organizativos que se dieron en los últimos años por la fuerza que tracciona el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans en las calles, tienen la oportunidad histórica de traducirse en un gran saldo legislativo: el acceso al aborto seguro y gratuito que —todo indica— será ley. El feminismo popular y gran parte de la sociedad en general exigen un derecho, el Congreso camina a debatir cómo lo garantiza y reparar la falta de plena soberanía que hoy tienen las niñas, adolescentes, mujeres y todas las personas gestantes sobre sus propios cuerpos.