Tramp (a)

 

Por Facundo R. Soto

Un hecho histórico y controversial se confirmó esta mañana cuando nos enteramos del avance de la construcción del muro en la frontera de Estados Unidos con México.

Trump, para llevar adelante su proyecto del muro que ratificó ayer, argumenta que los inmigrantes le quitan trabajo a los estadounidenses, pero ¿no son los latinos los que mantienen el imperio yanqui en los empleos sin calificación, aquellos que no requieren estudios como el de los camareros, vendedores, constructores, taxistas, call centers, etc. Contrarrestando nuestra hipótesis Trump, quien debe contar con el apoyo del Congreso para que se lleve a cabo su obra, habla de la inmigración ilegal y la identifica con los carteles de droga y la violencia. Muy lejos del mundo sin fronteras que soñaban John y Yoko cuando compusieron Imagine, Trump habla de delimitar la frontera con México a través del muro.

El discurso ultranacionalista del presidente de los Estados Unidos nos lleva a preguntarnos si se trata de proteger a sus ciudadanos o de una acción retrógrada como fue el muro de Berlín o La Muralla China. La pregunta es, si realmente quiere cuidar a los ciudadanos que representa y protegerlos de la violencia y del narcotráfico, por qué no buscó otras formas más inteligentes, quizás más costosas en tiempo y dinero, pero racionales, estructuradas en un plan racional en vez de impulsar esta acción megalómana, que deja a Trump en la historia, no sólo como el presidente de la primera potencia mundial, en decadencia, sino como un hombre rudo que impidió la inmigración de mejicanos usando la fuerza (llamada “mano dura”).

Otro punto del que no se habló en los medios, es que a Tramp parece no haber medido los efectos de esta controversia decisión en cuanto a los resultados esperados. No se dio a conocer ningún estudio que mostrara la disminución de inmigrantes indocumentados en el país como consecuencia del muro que mide entre 10 y 12 metros de altura, parece casi un chiste, como si el proyecto estuviese hecho para asustar más que para impedir; dado que un muro de esas características es muy fácil de violar.

En la Era de la Globalización y del comercio libre esta medida parece un cómic, pero es realidad, o por lo menos todo avanza en esa línea. Lo que queda por esperar es que el decreto pase al Congreso como última alternativa para que sea contrarresta la drástica medida y pueda ser debatida a través de una discusión raciona con ideas acordes a los tiempos que vivimos. Además, Tramp se encuentra asesorándose «para hacer las cosas legales», sobre prácticas que llevarían a combatir el terrorismo a través de cárceles clandestinas construidas especialmente para este objetivo, diseminadas en todo el mundo, y la tortura como método de indagación; para el reciente electo presidente de los Estados Unidos estos métodos funcionan, aseguró textualmente a la prensa en el día de ayer. La pregunta que ahora nos queda por hacernos es, si los ciudadanos estadounidenses buscaban realmente el presidente que tienen, el que los representan, o fue la falta de información (en la Era de la comunicación) lo que llevó a que los votos no fuesen otorgados a conciencia. En cualquiera de los casos, una elección informada y a conciencia y otra intuitiva e inconsciente avala la figura presidencial en una vuelta al patriarcado irracional, fascista y más arcaico. ¿Será que para seguir avanzando hay que dar uno, dos o varios pasos para atrás, y así seguir adelante?

 

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