Solo contra todxs

 Solo contra todxs

 

 

¿Qué hubiera pasado si tu papá abusaba de vos cuando tenías 10 años, y después, cuando esperas ver a Papá Noel en el patio lo ecnontras ahorcado. Ioshua fue el poeta del conurbano que instauró en la última década la estética “cumbia gay” y el término “wachín”. Realizador independiente, autogestor, creador de la editorial Wacho de la calle donde publicaba sus libros, manager de Klaudia con K, músico, performer, DJ, dibujante de comic; y autodidacta. Desmejorado por las enfermedades y la situación de calle que vivió en los últimos años, se peleó con el mundo y con todx el mundo. Falleció a los 37 en una habitación del conurbano en el Barrio Libertad, donde había nacido, dejando sus huellas.  

 

De las auto publicaciones y fanzines que Ioshua vendía en ferias independientes a un volumen con su obra reunida de 695 páginas integrado por los libros: Piola petero, Pija birra faso, Loma Hermosa, En la noche, Una señal blanca, Malincho, Las penas del maricón, Campeón, El violeta es el color del odio, los comics que hacía en papel y birome, los fanzines y plaquetas, y Clasismo Homo (donde escribe como militante gay pero con poca rigurosidad de investigador, mostrando opiniones de sentido común; el mejor Ioshua era el que brillaba en vivo, en las lecturas del under). El libro se completa con un apartado de entrevistas que los editores Sebastián Goyeneche y Grau Hertt llamaron Documentos de la guerrilla.

El universo de Ioshua es cíclico y está integrado por wachines, la búsqueda del amor, la birra, el conurbano, el sexo crudo, la pija como eje donde se organizan los textos), el paco (al que le dedica varios poemas, entre ellos Paco y Pasta base, el faso y la merca). Pura merca/pura leche/pura gira/pura pete/pura birra/puro macho/pura paja/puro puto/mueve mueva/vamo los pibe! dice en Dale pibe dale.

La amistad, el amigo muerto por la policía, la cumbia punk, lo grasa y marginal escrito con un lenguaje crudo y provocador aparecen en los libros que fue publicando, en su mayoría en su propia editorial Wacho de la calle. En esa repetición de lo mismo es donde aparecen las diferencias que conforman la singularidad del mundo de Ioshua.

En El violeta es el color del odio cuenta que su padre abusaba de él. Pero su poesía no queda adherida al dolor, el escenario es una pieza de chapas, la búsqueda desesperada de un wachín que le convide birra del pico, resaltando lo viril y apropiándose de esa virilidad para hacerla gei (tal como él la escribía). La incansable búsqueda de la belleza, esa belleza fea que no sabe apreciar la clase media (de ahí su interés por el clasismo) es otro de los tópicos de su poesía. Como Cucurto, Bukowski o José Sbarra, Ioshua elige palabras directas que no pasen desapercibas. Este punk, más fanático de Los Ramones que de Gilda, nos viene a decir que se puede ser feliz en la poesía, a pesar de ser negro y puto; y en ese cross de mandíbula es donde inscribe su obra.

Tenemos pocos antecedentes en la Argentina, Carlos Correas, Oscar Hermes Villordo, Perlongher, Pablo Pérez, Osvaldo Lamborghini, donde el realismo está construido sin barroquismos ni metáforas, tal como lo hace Ioshua; de manera visceral, con valor testimonial, de época, y sin pretensiones literarias.
Ioshua da un paso al frente, va al pelotón, y lo dice todo, como si no tuviera nada que perder, como el poema donde narra: “En este cuerpo nací varón, pero chupando pija me hice hombre”.

 

 

Ioshua

Todas las obras acabadas

Nulu Bonsai Editorial

 

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