SOBRE LAS FAMILIAS DESALOJADAS EN LA PANDEMIA

21 de septiembre, 2020

En esta pandemia, todo se vino más a pique (el trabajo, la vivienda y la violencia). Pero en Guernica (Buenos Aires) unas 2500 familias (más de 10 mil personas) encontraron una solución: tomar 100 hectáreas desocupadas y organizar un barrio propio.

Todos los días, mantienen sus ollas populares y merenderos para 3000 niñas y niños. Realizan festivales y jornadas recreativas para las infancias. Las mujeres y disidencias, la mayoría a cargo de hijxs, también se organizan en asamblea para mejorar sus condiciones de vida.

Son formas de convertir la violencia en esperanza, aunque haya que empezar de abajo, desde una carpa de lona o de cartón, bajo la lluvia o el cielo estrellado.

Todo eso corre peligro porque la Sala 1 de la Cámara de La Plata ordenó el desalojo para este 23, 24 y 25 de septiembre.

La gente no se quiere ir. Encontró un lugar donde rehacer su vida. La pretendida «reubicación» (si se le puede llamar así) es una vulneración de sus derechos. Las niñas y los niños de la toma se merecen un lugar propio y pensado para garantizar sus derechos (incluido el de jugar), con el acompañamiento que se merecen.

«Como mamás vamos a resistir y pelear por un techo para nuestros hijos, para que tengan un lugar donde crecer», dice Cintia, que era trabajadora de casas particulares antes de la pandemia.

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