PASAJERX EN TRÁNSITO

17 de julio, 2019

PASAJERX EN TRÁNSITO

Primera entrega

Por Facu Soto

Esta es una nueva sección, denominada Pasajera en tránsito, que con cada entrega vamos a estar trabajando algunos de los conceptos que Paul B. Preciado enuncia o desarrolla en su nuevo libro: Un apartamento en Urano- Crónicas del cruce, 2019, Editorial Anagrama. En una edición de lujo, con un prólgo de Virginie Despentes y 309 páginas, Paul B. Preciado no deja lugar a la duda de que es unx de los pensadores más inteligentes, lúcidos, que abren múltiples posibilidades de pensamiento y que no le tiene miedo a nada. Sus elaboraciones son siempre desafiantes, sensibles y punk. Quizás, o seguramente, se trate del pensador de nuestro siglo, que lleva una de las voces cantantes más iluminadas de estos tiempos que, gracias a él, podemos llamar “La era de la diversidad o la era de la transición”.

Primera entrega: El prólogo de su ex

El pueblo donde nació Paul, en aquella época denominadx por lxs otrxs como Beatriz, en Burgos, uno de los lugares más religiosos de España hizo que él (ella en aquellos años) hizo que la mayoría de las escuelas de la zona fuesen religiosa; y por supuesto Paul concurrió a una de monjas. Pero él, ya desde pequeño, quería ser astronauta; y no es casual que este libro se llame “Un departamento en Urano”, la idea del espacio y la transición (el pasaje de un lugar a otro y la falta de arraigo por uno solo) es algo que se puede rastrear en toda su maravillosa obra y en cada momento público de la vida (o las vidas) que conocemos de Paul. Alumna de los filósofosMichel Foucault y Jacques Derrida, cuando tuvo que hacer su tesis, elige a San Agustín hacer su trabajo. A los 18 años, ganó una beca para estudiar filosofía  y bioética con los  jesuitas de Madrid. En el prólogo escrito por la cineasta, y ex pareja de Paul, Virginie Despentes describe los lugares donde Paul habita (ya sea un departamento en Atenas o en París) pero en los que no se termina de instalar, como si estuviera en un tránsito perpetuo. Esos lugares, Despentes los ve despojados del sentimiento de pertenencia que unx pone cuando echa raíces en algún lugar. Dice: “siempre parecen celdas monásticas: un escritorio, un ordenador, unos cuadernos, una cama con un montón de libros que yacen a su lado, y nada más”. Quizás, esta idea de consagrarse a desmontar el circo de los géneros y extenderse por el conocimiento la ubica en un lugar de constante conexión con los libros, el arte, la filosofía y la cultura en general, como si su vida transitara en esos viajes, en esos tránsitos, siempre en movimiento; y en su casa la paz de la tecnología que le permite conectarse con eso que busca.

En ese prólogo se puede leer cómo Paul sufrió y sigue padeciendo la discriminación, aún ahora que es un filósofo mundialmente conocido que pasa la mayor parte de su tiempo viajando de país en país para dar charlas y conferencias. Fue amenazado de muerte y el mensaje escrito en la puerta de su casa. A pesar de que uno de los enemigos de Paul es la policía, como sistema e institución, tuvo que recurrir a ella frente al caso del activista gay de Madrid que también había sido amenazado de muerte, que también había sido atacado frente a su casa (y al que habían dado por muerto aunque, por suerte, sobrevivió). En la comisaría, Paul, les explicó a los policías qué eran las micro-políticas queer. Un año antes de que saliera este libro, mientras Despentes escribía el prólogo, el parlamentario brasileño Jean Wyllys abandonó su país frente a las continuas amenazas que ponían en peligro su vida. Y el francés de Eurovisión, frente a una tormenta de insultos homofóbicos, también se recluye. Los regímenes autocráticos, es decir, de extrema derecha, religiosa o incluso comunista, siguen atacando los cuerpos queer, los cuerpos de las putas, de los putos, de lxs trans, es decir todos los que están por fuera de la ley.

Pero Paul siguió escribiendo y activando sus ideas por todo el mundo.

“Dar voz a la intolerancia, defender el derecho de los fundamentalistas de la heterosexualidad a expresar su odio”, es lo que pasaba hace un siglo y sigue pasando en nuestros días a pesar de estar transitando la Era de la diversidad. Este dato no es menor, dado que el contexto violento se sigue viviendo; en mayor o menor medida o en grado paralelo al de la visibilidad de los colectivos disidentes, así como grupos neo fascistas como “Con mis hijos no te metas”, “el colectivo amarillo”, “el discurso religioso”, entre otros.

Los textos que componen el libro son artículos de 5 mil caracteres que fueron publicados por el diario francés Liberación.

Y en ellos se pueden leer muchas, todas o casi todas, las ideas que recorren los sentires y pensamientos de Paul. Entreabre la puerta para que podamos leer que él sabe que no es un hombre, pero tampoco una mujer; sino un hombre trans. Despentes nos cuenta que, ahora que transicionó en un varón trans las mujeres ya no se asustan de verlo como lo hacían antes cuando su femineidad era masulina.

Una de las perlas de este prólogo es cuando su ex pareja dice: “Tu dices que lo más extraño de convertirte en hombre es conservar intacto el recuerdo de la opresión”. Después habla de transitar de un género a otro como quién no se olvida del género del que partió y juega a mirar y observar todo lo que desconocía y veía del otro lado, ahora estando en ese otro lado; y observa todo distinto. Y quizás así, aceptado ahora por las mujeres, Paul puede decir y denunciar, y avivarlas con lo que tiene para decir/nos; porque mantiene intacto el recuerdo de la opresión. Y podría pensarse como una estrategia política su transición, ya que tiene en claro, como dice en el artículo final de su libro, que los hombres cis- machos machistas no quieren cambiar (pero ese es otro capítulo que vamos a desarrollar en detalle) porque es difícil desear perder los privilegios. “Toda esta violencia sigue. Es el último gesto desesperado de la masculinidad tradicional abusiva y violadora”. Para Despentes, su ex escribe para un tiempo que aún no ha sucedido, para niñxs que aún no han nacido y que vivirán en esta transición constante, que es la propia vida”.

Archivos