JOSÉ MARÍA GÓMEZ: EL ESCRITOR DE LOS PUTOS CON DOS LIBROS NUEVOS

5 de noviembre, 2011

JOSÉ MARÍA GÓMEZ: EL ESCRITOR DE LOS PUTOS CON DOS LIBROS NUEVOS

José María Gómez nació en Pueblo Andino, Santa Fe, Argentina en 1951. Es Regisseur egresado del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, fue profesor en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla y Director de Cultura de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Sus obras recibieron numerosos reconocimientos: en el 2007 recibió el primer premio del Fondo Nacional de las Artes por su novela Los putos editada en el año 2008 por el sello MR del Grupo Editorial Planeta. Le siguieron los libros Los marianitos, La fusión: memorias de oficina, La inevitabilidad de los cuerpos, El cine de los sábados, Los violaditos y este año Editorial Saraza (especializada en literatura gay-queer) publicó dos libros juntos Paraísos perdidos y La felicidad. José María Gómez nos brindó una entrevista exclusiva para www.buenosairesinclusiva.com.ar

Uno de los dos libros nuevos que acaba de publicar el autor.

Sobre “Paraísos perdidos” me pareció muy interesante el juego lúdico de contar sobre tus amigos y sus despertares sexuales, y sobre todo me pareció muy jugado retomar palabras como “violación” para describir alguna situación erótica o porno en tiempos donde todo está atravesado por “lo políticamente correcto”. ¿Pensaste algo en relación a esto después de haberlo escrito?

De ninguna manera, lo llamado “políticamente correcto” es una postura sociológica ajena a la literatura y al arte en general. Las palabras están para ser usadas. Las cosas existen para ser narradas. La literatura es un asunto del lenguaje, no tiene que ver con ninguna categoría preexistente o en boga.

Insisto con el tema de “lo políticamente correcto” y por suerte tu libro va más allá de esos pruritos que hoy parecen estar de moda, y también hay un tema del placer, del goce que va más allá de las edades y de los vínculos prohibidos. ¿Cómo recibió esto tu editor?

Ezequiel Peralta, el editor de Saraza editorial, convirtió en dos libros de relatos: “La felicidad” y “Paraísos perdidos” el material extenso que le acerqué; pero, como es lógico, no objetó ni el carácter ni el procedimiento lingüístico cuando decidió editarlo. El valor de estos libros, si lo tienen, reside en eso: focalizar en el deseo y el encuentro de dos cuerpos “iguales” que justamente por eso se hacen “diversos”, independientemente de las circunstancias temporales o legislativas.     

Yo, que te sigo desde “Los putos” y leí los libros que sacaste después, noto que con estos dos últimos inauguras otro tipo de prosa, más directa, con menos adjetivos y mucho más homoerótica-porno que en los libros anteriores. ¿Vos también tenés esta percepción?

Absolutamente. Sin dejar de lado la cuestión del lenguaje que debe estar a tono con lo que se narra, busqué objetivar el acto sexual homosexual con el fin de extremar las posibilidades de graficarlo literariamente, en el límite o un poco más allá, atravesando lo denominado homo/erótico hacia el terreno de lo considerado pornográfico. Casualmente estoy intentando reunir una serie de escrituras del deseo definiéndolo así: “una zona literaria donde lo llamado pornográfico deviene en escritura”. Están todos invitados. La apuesta es forzar el equilibrio entre el objeto literario y su implementación.      

¿Cómo influyó tu profesión de regisseur a la hora de escribir? ¿Qué cosas te sirvieron para la escritura literaria?

Lo dije en una entrevista, la literatura es la puesta en escena del lenguaje. Montar palabra por palabra para crear el artificio literario capaz de interesar y, en lo posible, cautivar al lector. “Mostrarle” eso, para conmoverlo y, ¿quién te dice?, incitarlo a que haga la experiencia. Por supuesto que esto último lo digo en broma, estamos hablando de realidades separadas, la literatura da cuenta de la experiencia humana, pero en el mismo acto crea otra diferente, con sus propios códigos gramaticales y morales. Por otro lado es importante para mí “oír” lo que estoy escribiendo y mucho más el habla de mis personajes, lo que me da la pauta de su realidad (obviamente literaria), por caso si “desafinan” o no.   

¿Qué estás leyendo actualmente? ¿Qué recomendarías?

Leo mucho y variado. Recomiendo aquellos libros que coloquen la anécdota en lo sexual (el encuentro entre los cuerpos), que profundicen en un segundo nivel sobre las circunstancias políticas y sociales que lo posibilitan o coartan y, finalmente, que desentrañen por este medio de qué estamos hablando cuando hablamos de la experiencia humana. Los hay, hay que buscarlos.   

¿Cómo ves el panorama literario argentino y en especial el auge de los libros feministas y LGBT?

La literatura no está ajena al devenir político y se interceptan, por ende, a muchos y nuevos discursos, aun los que uno no quisiera oír, se debe un cierto eclecticismo. Confío mucho en los libros escritos por escritoras, que son muy buenos, y me alegra el auge de la literatura LGBT. Lo digo en el sentido de que es muy probable que desde ambos espacios surjan con el tiempo escritorxs y un nivel de escritura acorde a nuestra honrosa tradición. No olvidemos que somos el país de Borges, Arlt, Saer, Sara Gallardo, Puig y un largo etcétera.     

¿Los vas a presentar en algún lado?

Una idea es visitar diferentes espacios de militancia LGBT, por caso SIGLA, Osos de Buenos Aires y otros, no hacer una típica presentación de libro sino convocarnos para dialogar sobre cosas que nos interesan, entre ellas, visualizar el arte y los emprendimientos artísticos que nos representan.   

¿Qué expectativas tenés con estos libros?

Que los lectores comprendan, no estigmaticen y se enamoren de los personajes.  

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