HOMENAJE A LA HIJA PORTEÑA DEL INVENTOR DE LA BIROME


La biblioteca que creó Mariana Biró en Colegiales.

Con motivo del Día del Vecino y su 439° aniversario se ha celebrado, el sábado 15 de junio en Parque Chacabuco, un homenaje a Mariana y a otros vecinos que trascendieron en su barrio a través de organizaciones, fundaciones y diversos trabajos que modificaron la calidad de vida en los barrios. Su padre es el inventor de la birome y ahora ella creó una biblioteca dentro de una plaza: «Quiero que los chicos puedan pensar y jugar». Mariana Biró tiene 87 años e ideó un lugar influenciada por el legado de Ladislao, su padre, el hombre que inventó la birome: «Los chicos aprenden que en la vida deben solucionar problemas para ellos y para los demás».

Mariana Biró tiene 87 años pero su espíritu quedó inmerso en su juventud. Hija del húngaro creador de la birome, continúa viviendo en el mismo barrio que la vio crecer. Allí, en donde se animó a fundar una escuela para ejercer la docencia ante más de 380 chicos en tres niveles educativos, le rindió honor al gen inventivo creando una biblioteca dentro de una plaza. La Escuela del Sol fue fundada en 1966 junto a Francis Sweet, su marido. «La idea es permitir que los chicos crezcan. Tanto en la fundación como en la escuela es inventiva y educación. Inseparable. Trabajamos para esto». «Estamos en Colegiales desde hace 54 años. Cuando recién nos mudamos en 1966 a Ciudad de La Paz y Jorge Newbery teníamos una villa muy grande atrás nuestro y hemos logrado que chicos de ese lugar vengan a la escuela. La biblioteca, ubicada en la calle Crámer al 400, queda dentro de una plaza. Antes era un depósito de ferrocarril y ahora es una hermosa biblioteca y es abierta al barrio», relató Biró. La Biblioteca de la Fundación Biró, que queda en la plaza contigua a la Estación Colegiales y frente a la Escuela del Sol. Se trata del Parque Lineal Crámer, un viejo galpón ferroviario recuperado por CABA, que sumó más de 1.000 metros cuadrados de espacio público y verde al barrio. «Creamos una escuela abierta, que enseñe a los chicos a pensar. Buscamos que los chicos puedan jugar y pensar», reveló Mariana, quien le enumeró a este medio algunas de las inquietudes que despiertan la atención de los pequeños: «¿Por qué no podemos dejar de pensar ni un minuto? ¿Por qué comprendemos la música, si no entendemos lo que dice?». La biblioteca es concurrida por numerosas escuelas del barrio a las cuales se les ofrecen visitas guiadas o talleres específicos: «La gente del barrio viene, muchísima gente. A eso de las 4 de la tarde se llena. Madres que traen a sus chicos a la plaza pero además los invitan a leer. Gente grande que quiere estudiar. Es un lugar de silencio, es un lugar amable», indicó Mariana. «Los chicos aprenden que en la vida deben solucionar problemas para ellos y para los demás», sostuvo Biró, quien recibió como legado una incontable cantidad de libros, a las cuales se les agregaron la donación de otros tantos. Mariana decidió que este lugar sea utilizado para que los vecinos también pudieran disfrutarlos, de manera gratuita.

«Una de las materias que tenemos en la escuela es filosofía. Uno piensa filosofía en primer grado, ¿qué es eso? Algunas de las cosas que nos sorprenden son las inquietudes, las preguntas. ‘¿Dónde empieza el cielo?’ O por ejemplo: ‘¿por qué en los sueños cuando me corren yo no puedo correr? Son preguntas muy válidas y frescas. No contaminadas», completó Biró. En 1999, también junto a su marido, creó frente a la escuela la Fundación Biró en honor a su padre, quien con 38 años ideó una pequeña bolita para poner en un tubo, con una tinta especial que fluyera por la fuerza de la gravedad y se secara en el papel. Allí un escenario en donde prevalece la inventiva y se capacita a los docentes que forman a los niños con la libertad de pensar, como valor principal.

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