ESPERANDO LAS NAVIDADES DIVERSAS

24 de diciembre, 2020

Otra vez llega fin de año y este año más loco que nunca después del encierro, la pandemia y el covid19. Las fiestas ¿qué hay que festejar? Pero, más allá de este año particular… ¿por qué resulta tan traumático para muchas personas (lxs personas sinceras y comprometidas con su deseo) enfrentar estos momentos festivos?

Cada fin de año llega de la mano del brindis, de la familia unida, pero ¿Cómo ponernos contentos cuando en el centro de nuestra lucha está desmantelar la familia tradicional binaria (hombre mujer con hijos, un varón y una nena, preferentemente ambos rubios y de ojos claros)? Cómo ponernos contentos cuando aparecen familiares que hace un año no vemos y nos preguntan: ¿Y? ¿Para cuándo la novia? ¿Qué novia? ¿Por qué tendría que tener novia, porque tengo pito? si me gustan las chicas con pitos…., sería una posible respuesta entre tanta diversidad aplastada como nueces y avellanas, que nos hacen transpirar mientras nos llenamos de caloría en pleno verano.

El concepto de familia puede ser interesante pero si se lo reconfigura, sin tapujos ni hipocresías. Ayer me contaba un amigo escritor que se enteró de un abuso, que sucedió hace algunos años, y la respuesta de su mamá fue: “No lo vuelvas a decir. No lo vueltas a repetir”, echándole parte de la culpa a esa persona, que para las fiestas tenía que volver a enfrentarse con el abusador, por supuesto heterosexual, casado y con hijos, y repetir la comedia de fin de años, dejándose besar con saliva en la mejilla frente a todos, sin que nadie se de cuentas.

La idea de este texto es seguir tomando conciencia que tenemos nuestras bases en una sociedad heteropartriarcal, creada para reproducir ese modelo (machista, misógino y aplastante) que nos formatea para ser todos iguales y se mete hasta en nuestra cama para señalarnos con quién tenemos que darnos placer.

Estas fiestas elijo con quién pasarlas y elijo xadres adoptivos, prestándome para yo también serlo, aunque con mis viejxs todo super bien, también los veré, pero no nos reuniremos como estipula la sociedad sino como nosotrxs lo consideremos; esta me parece una buena decisión, pero que cada unx tome la suya. Ah, yo no pienso tomar alcohol, desde que me di cuenta, me hice cargo que me gustaban las pijas, las chotas, las vergas, las pichilas, los penes, los pitos, las salchichas, y los hombres no necesito ni drogas ni alcohol.

Qué el Señor, la virgen María y los demás personajes de ese cuento de hadas los maldigan (o bendigan) ustedes eligen…

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