EL ESCRITOR Y ARTISTA PLÁSTICO QUEER ALEJANDRO LÓPEZ HABLA CON BUENOS AIRES INCLUSIVA

31 de enero, 2021

Después del éxito de «La asesina de Lady Di» y más tarde el poco difundido libro «Keres koger» pareció desaparecer del mapa del ambiente literario -hay que estar preparado para la adulación, el desprecio y luego la indiferencia para nuevamente obtener reconocimiento post muerte, dijo alguien con razón- y una década más tarde reapareció tenuemente, luego de muchos rechazos editoriales con la reedición de «La asesina de Lady Di» y un par de rarezas y más tarde con el libro «Las malas lenguas», un collage extraño y posmoderno del que parece no desprenderse. En esta entrevista exclusiva a www.buenosairesinclusiva.com.ar el escritor, profe de inglés y también artista plástico nos cuenta todo sobre sus procesos artísticos, siempre relacionándolos con la diversidad sexual.

El asesino de Ricky Martin

En el monte, las enseñanzas de chaman López

De pronto estoy ahí con mis vecinos…

¿Estás viviendo en el monte, en Goya, en Corrientes?

Ahí, siempre en el límite. Entre el monte y la mini civilización. Límite con el río. Pero no fue fácil, tuve que adaptarme. Ahí se mata mucho al animal, porque se comen los huevos. Si hay una víbora se la mata. Ahí hasta a los perros se los matan…

¿Cómo es un día tuyo ahí?

Y, bueno. Me levanto, corto el pasto. Trabajo, si es que hay que trabajar. Trabajo bastante mínimo. Hago mucha albañilería, pintura, esas cosas. Arreglé mi casa. Estoy haciendo un emprendimiento, para alquilarles a los pescadores. Vengo acá cada 15 días para dar talleres de literatura y clínica. Estoy lo mínimo, lo indispensable acá. Ya no uso la ciudad. Vengo a hacer lo que tengo que hacer y me voy. Los domingos ceno con mis perros. Estoy encantado con mi soledad, si querés poner. Es más, nunca estoy solo, porque los vecinos suelen aparecer. No hay tanta intimidad. Me encanta estar solo.

¿Cómo es la vida sexual, allá?

Y, bueno… Debe ser… intensa, por lo que me cuentan los lagartos…Hermoso, como en cualquier lugar.

¿Pero, más encubierto todo?

Mmmm, no te creas… Al contrario, me parece que todo es más abierto. Se habla de todo delante de todo, por lo menos en mi vecindario. Mi vecinita de 8 viene a pedirme hielo. Le pregunto, quién está en tu casa, y me dice, está mamá, está papá, el tío B y el puto. Johana, la travesti, que es puto. Estoy metido en el libro Keres coger? porque lo escribí y ahora vivo.

Al revés de lo que suele pasar, que los escritores narran sobre su experiencia…

Es que fue un experimento, ficción, y ahora es realidad. Estoy en el medio de ese mundo, de Vanesa, de Rtuh, de Alma, de las chicas… Mi mundo hoy es eso. A mí me dicen “el vecino”, no me conocen como Alejandro López.

¿El vecino de quién?

Yo les hago el aguante… Hay muchos ludópatas, jugadores compulsivos que van al casino; y yo les cuido a las criaturas. Les doy una mano. Muchxs son ex ladrones. Mi vecino, lo primero que me dijo es, tengo al diablo en el cuerpo, y no me lo pudieron sacar. Así empezamos…

¿Y vos intentaste sacárselo?

Nadie se lo pudo sacar… Son muy abiertos. Lo único que falta es que te la meta en la boca, me dice. Porque son abiertos, y está ahí la mujer; pero es un chiste. Otro me dice, tengo una banda en Buenos Aires. Ah, qué bueno, ¿de rock?, le digo. No, una banda delictiva. Es otro ambiente. Diferente al que yo estaba acostumbrado, y está bueno… Es un aprendizaje.

Estaba viendo a Ludovica Squirru y ella decía que este año, que es el año ¿te acordás de qué?

Del puto.

Del chancho, y lo que decía, sintéticamente, es que este es el año de la protección en comunidad, de cuidarnos, de tenernos en cuenta entre nosotros, de desarrollar las relaciones con los vecinos… Te cuento esto porque es una coincidencia y vos tenes muy en cuenta a las coincidencias; le das mucha importancia.

Yo me fui allá con la necesidad de aprender, cosas místicas, de alejarme de todo. Focalizarme en mi eje. Dejé de tener sexo hace mucho tiempo.

¿No tenes sexo ahora?

No, hace mucho tiempo. Me dejó de interesar. Soy nada.

Como Morrissey que practica el celibato.

Me dejó de interesar el sexo.

¿Por qué?

No sé. Me cansé. Por eso no sé si va esta nota para el SOY, porque soy nada

Perfecto. Mejor. Es verdadera diversidad… Hace un tiempo entrevisté a pajeros que querían que en la sigla LGBBTIQ apareciera la P, de pajeros, y otros la A, de asexuados, porque se identificaban con el no ser, o el ser nada… Es otra forma de sexualidad disidente… Ojalá que algún día, como me dijo un día Claudio Zeijer, sean tantas las letras que exploten y no haya ninguna; pero hoy por hoy está buena esta visibilidad de diferencias…

A mí la compulsión sexual se me fue.

¿Trabajaste para que así sea?

No, me dejó de interesar. Fue fácil, porque tiene que ser fácil. Si es difícil algo está mal. No me lo planteo. No me interesa. No se proyecta estar en pareja, porque no me interesa; se proyecta lo que a unx le interesa. Me veo en el presente y me encanta. El pasado y el futuro no existe, es todo un invento. Epigenética. Me dejó de interesar ayudar al otro. Me saqué el peso que hay que ayudar al otro. que el otro encuentre su camino. El otro se va a ayudar solito cuando pueda. No hay que ayudar a nadie.

¿Te parce?

Estoy muy sabio, por sueeeeerte. Mi última obra es mi casa que después se va a transformar en el Museo López. Todo es perfecto, para que aprendas algo; sino va a volver a pasar.

¿Aceptas todo?

Trato de que todo me chupe un huevo. Es una postura super interesante, cuando le quitas dramatismo y necesidad de… es cuando suceden las cosas. Estuve persiguiendo para que me publiquen años, ahora que me chupa un huevo, está sucediendo. No me interesa. Me encanta esa energía, te agradezco, pero no me interesa. Vivo mucho más tranquilo. En paz. Lopez es la paz.

¿Estuviste peleado con tus orígenes?

Sí, claro. Yo me fui muy enojado de ese pueblo. Huyendo de la discriminación, de la chatura, del pueblo de mierda. Hoy estoy encantado, en ese pueblo de mierda. Me chupa un huevo si me aceptaron, capaz que me acepté yo. Igual, yo paso las fiestas con mis vecinos. Hago cosas, algo por el estilo a la meditación. Estuve haciendo muchos cursos de milagros, ahora estoy con el desdoblamiento del tiempo, mucho bio decodificación.

¿Qué es un curso de milagro?

Es un lavado de cerebro para cambiar la percepción. Bien. Esta bueno no ser dependiente de nada. Cambiar la percepción. La literatura es mi trabajo y ocupa el lugar que tiene que ocupar.

¿Lees los diarios?
Lo evito. No miro tele, veo pelis solamente. No leo diarios. Y está bueno eso.

Los personajes de la última novela, que terminé de escribir hace poco, no me calientan, como los de La asesina, Keres coger? O los Cuentos putos, donde había un clima de intranquilidad. No sé si le hace bien a mi literatura, pero sí a mí, que es lo que me interesa. Después, el resto, me chupa un huevo.

Los cuentos putos, tu último libro publicado, salió en el 2008, y ahora aparece Las rubias del cielo; pasaron 8 años… La asesina de Lady Di te llevó 10 años escribirla y salió en el 2001, hace 16 años… Te pregunto esto porque tus libros están llenos, arquitectónicamente, de numerología… En Keres coger?, 2005, cada capítulo es el número de un sueño de la quiniela…

11 no es un mal numero para dejarse estar en, casi este barrio donde estamos, Once… Lo que está saliendo ahora completa mi proyecto, como los panes que se multiplican. La asesina salió en su versión de dos páginas. Después Eloísa cartonera en su versión de 40 páginas. Y Adriana Hidalgo en la versión más larga y conocida, que es la que escribí para el Concurso de Clarín. Ahora se completa ese proceso, para ver como de esto se llegó a esto. Pasé muchos años sin publicar, pero siempre escribiendo. La segunda parte de Keres coger?, Vanesa, que está inédito todavía, no está a la altura del primero. Ahora, con distancia tengo ganas de trabajarlo.

A mí me llamó la atención que después de tres reediciones de La asesina ibas con tu nuevo material a las editoriales y nadie te daba bolilla… Eras rechazado permanentemente…

Hasta el día de hoy es un proyecto moderno, todavía no se puede hacer lo que yo quería. Por eso está perfecto que la segunda parte de Keres coger? Tenga otro formato, que no sea papel. Me quitó un poco las ganas de mostrar lo que hacía, pero tampoco está mal; es el proceso, es el aprendizaje, y eso lo valoro muchísimo.

¿Aprender del no, de los rechazos?

Está bueno tanto el sí como el no. El no, a mi ego, le hizo una quebradura; pero a mí me hizo bárbaro, porque es lo que fue. No puede estar mal lo que fue, porque está a disposición de mi aprendizaje. Tiene que estar bien.

¿Entonces aceptas todo lo que pasa como algo positivo?

Me permitió decir y hacer otras cosas.

Es interesante que el libro empiece con un breve texto tuyo contando cómo surgió la idea de La asesina, con el comentario de una amiga que te decía que tenías que pintar la puerta de tu casa, y vos para hacerlo sacaste la postal de Lady Di y al otro día muere. Eso permite hacer otra lectura del texto, otra mirada, otra significación y ver otras cosas que subyacen en el libro.

La frescura que tiene el texto, para mí, está muy bien; por eso no toqué nada. Me divierte más que la versión más estilizada que la otra, la de Adriana Hidalgo; esta es más sintética, más bardera.

¿Cómo llegaste al título?

Se llamaba Rubia nuestra que estás en la Tierra. Rubias muertas iba a ser. Iba cambiando. Chicas muertas. Lo charlaba con Garamona, con Fernanda Laguna, con Nico Moguilevsky; y quedó Rubias del cielo, que me parece divino.

El libro tiene tres textos, y dos de los tres son dos mujeres asesinas…

Era el tema, sí, totalmente. Me parecía divertido poner un montón de cosas en otro contexto. Esperanza, Ricky Martín, era un buen guión. Yo quería hacer una peli. Mi interés era por el guión.

Pero son dos chicas asesinas… ¿Por qué chicas?

Bueno, me divirtió.

Después vino el programa de tele Mujeres asesinas.

A mí me encantaba esa serie de Marisa Grinstein.

¿Y qué te gustaba de eso?

Y bueno, es uno de los pilares de la literatura, el muerto; un género, asesinos seriales.

Te lo pregunto justamente por el género…

¿Si yo misógino me estás preguntando?

Quisiera saber esta coincidencia…

Hay mujeres divinas y hay mujeres de terror. Hay hombres divinos y hombres de terror.

Pero, ¿no es mucha coincidencia dos mujeres asesinas? ¿Tuviste ganas de matar a alguna?

No, nunca. Bueno a mamá, pero a papá también; pero por suerte se me pasó. Es aceptar todo lo de hombre que uno tiene y todo lo de mujer que uno tiene; porque somos la mitad de una cosa y la mitad de la otra. Cualquier definición me parece falsa. Tan falso el macho como el puto. Ignorante. Hay algo que se está perdiendo, de un lado y del otro. Porque es hermoso ser mujer y es hermoso ser hombre. Está buenísimo que encuentres tu parte mujer y tu parte hombre, cuando eso está en coherencia y en armonía, te vas a iluminar.

O sea que estás más allá de los géneros y los estereotipos…

Me parece todo una pavada… Yo no sé lo que soy. Soy una persona, ponele, qué se yo. Toda definición me parece una renuncia a una parte de unx. No me parece que exista la mujer que solo le gusten los hombres, o los hombres que solo le gusten las mujeres… Que hay miedos que se manejan, que puedan llegar a ser fobias, sí. Pero, si te relajas y sos sexual, te tiene que gustar todo.

La prosa tiene algo muy Dani Umpi, una voz muy femenina… Vos decís que hiciste entrevistas, que estudiaste mucho el universo femenino, pero parece que lo habías vivido bien de cerca… No hay desarrollo de personajes masculinos en el libro.

Y sí. Era algo que resonaba en la época. Las primas, las madres, las abuelas, por supuesto; tiene de todo como genérico, después lo fui ubicando en esas chiquilinas fanáticas.

¿Te gustaba Ricky Martin?

No, sinceramente. En esa época me divertía más Luis Miguel, me canchondeaba más, era la otra opción del texto. Ricky me parecía un sonso. Después midiendo quién iba a ser más popular, hice la encuesta y ganó Ricky Martín por goleada. En ésa época no era pública la sexualidad de Ricky pero el sensor funciona.

Es un ícono gay pero también aceptado, reconocido y admirado por los héteros, lo validan y les encanta…

A mí me interesó eso. Ese grupo de mujeres heterosexuales enamoradas de este pedazo de puto, me parecía super interesante. Ese era el concepto, el mensaje que viene detrás. ¿Qué son todas estas minas homofóbica pero enamoradas de él? Flor de mariposa.

¿Qué pasó cuando intentaste presentar el libro en el Club de fans de Ricky?
Ah, acá todo bien, pasa que no habían leído el libro, cuando lo leyeron no querían saber nada. Se habían ofendido, yo pensé que les iba a encantar; lo escribí para ellas, pensé que iban a ser mi público. La cantidad de fans de Ricky… iba a ser un éxito a nivel marketing. Acá empecé en el Malba, seguí en una galería fashion Tres cuartos, en Belleza y Felicidad, y terminé en el Club de Fans, en Goya también, en Rosario.

Falta humor…

Las fans de Madrid estaban alertadas, no hablar conmigo; ya nos hablaron de vos, me decían. Yo había organizado 13 presentaciones, quise hacer lo mismo que en Buenos Aires. Empecé en Casa de las Américas, invitado por la Embajada Argentina, seguí en El bar museo Chicote que era el lugar donde iba Almodóvar, Amenábar y todxs estxs a tomar tragos… y después en un antro, Bodegas Lo Máximo, y como lo del Club de Fans falló, lo presenté en la calle, de incógnito. Yo había organizado La maratón Asesina. Llegué a 10.

¿Hay alguna otra cosa que este libro ponga en cuestión, específicamente La asesina?

Y bueno, criticaba todo. Era muy burlona. Me interesó que fue algo más encubierto. Una guerra de sexos, de religiones, entre lo católico y las supersticiones de provincia, el carnaval; eso lo trabajé. Ellas tan homofóbicas en el medio de ese putería, me parecía bonito, astral.

Cuando Esperanza vivía en Gualeguaychú hablaba de una manera, pero cuando se viene a Capital adquiere otros modismos, que ahí, con sutileza dice mucho…

Eso está trabadito… También me río de la nobleza. Ellas tienen medias Reina Cristina y publican en El Harold. Se sienten princesas… Diana Prince, la Mujer Maravilla. Está trabajado lo subliminal del lenguaje, lo que me divertía…

Como lo numerológico, que estaba siempre el 13.

Y el 31 en espejo, mezclado ahí. A los 13 años se mira en el espejo. Una colección de accidentes. A los 13 años intenta matar a su amiga. Son 13 capítulos.

Keres coger? Era mucho más sexual y numerológico…

Totalmente. Ahí había logrado ponerme a mí como el pajero, el voyeur de toda esta historia. Ellas hablan de mí como el pajero. Ellas se ríen de este mundo. La idea era reírse, de todo. Ahí llevé la numerología a fondo, con la quiniela y los sueños. Aparecen todos los números en todos los capítulos. Cada capítulo trabaja ese sueño dicho de mil maneras, el que es de agua habla del agua de mil maneras marcando el número del capítulo que es el número del sueño en la quiniela.

Esperanza está ahí, al borde de la locura con tanta superstición, como se dice de Fernanda Laguna ¿es o se hace?

Es. Y se hace. Está entre las dos. El límite me parece interesante. Yo ahora vivo en el límite, entre el monte y la casi civilización. Me interesa el límite, como propuesta y como forma de vida.

El libro empieza con esta frase: Escapar de Gualeguaychú fue una pesadilla mortal. ¿Se podría pensar que esto resume todo el libro?

Yo quería escribir un clásico, como Poe, y los clásicos empiezan resumiendo el libro, lo que va a pasar después; pero que no se note. Y esa misma frase, al final está, pero desfragmentada y aparece en el último capítulo: escapar, de, pesadilla.

El libro tiene una arquitectura que no es fácil de ver a primera vista…

Y con muchas partes del libro hice esto. Para que al leer algo vos dijeras, subliminalmente, ah, esto yo ya lo sabía, de algún lado lo tenía. El Riachuelo es un balde de agua sucia, esas imágenes que se repiten…

El final de esta versión es el principio de la de Adriana Hidalgo…

Tal cual. Hice el trabajo, por eso me llevó tanto… 10 años… Este es un libro que puede ayudarle al que escribe, sirve para mil cosas…

Por Rodolfo Facu Soto

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