Des(hechos)

 

Otro bebé encontrado en la basura

Por Facundo R. Soto

El pasado lunes 23 de enero, a las 3 AM, cuando el último camión de basura apagaba el motor entrando a la Tolva B de la planta procesadora de Colegiales, en la Ciudad de Buenos Aires, el supervisor del sector de residuos observaba en una pantalla lo que la cámara de seguridad mostraba: la descarga de los camiones. Entre los residuos sueltos y compactados le llamó la atención algo que distinguió como el cuerpo, no de un muñeco, sino de un bebé. Cuando el supervisor se acercó con el equipo de trabajo para ver de qué se trataba, efectivamente se encontraron con el cuerpo de un bebé recién nacido. Hasta que el supervisor se comunicó con el SAME, mientras las primeras horas del día se instalan, a los operarios ese tiempo les pareció interminable. Las ambulancias del Hospital Pirovano llegaron enseguida y constataron la muerte del bebé, que tenía aproximadamente 40 semanas de gestación; es decir, el tamaño completo de un bebe listo para nacer. Contaba con pelo y uñas largas. Una longitud entre 48 y 53 cm., y un peso de 3 a 4 kilos. Tenía el cordón umbilical y el resto de la placenta, lo que nos lleva a conjeturar que el nacimiento no se realizó en un hospital. Se estima que el bebé contaba entre cuatro y seis días de vida cuando fue encontrado en la planta procesadora de basura.

¿A quién se le puede ocurrir tirar su bebé, recién nacido, inválido y dependiente de sus progenitores a la basura? Contamos con dos hipótesis. Se estaría tratando de una mamá psicótica que no llegó a concebir a su hijo y entenderlo como tal, sino que lo consideraba fun objeto o carne sin vida. O, estaríamos frente a una persona, asesina, con un repudio muy grande hacia su maternidad, seguramente no deseada o arrepentida. Tomando ambas hipótesis nos preguntamos qué papel hubiese jugado el aborto legal, y gratuito, en este caso, que no es el único; por el contario resulta escalofriante enterarse, o recordar, la cantidad de casos que salieron a luz durante el año pasado, más lo que no llegaron a notificarse en los medios, donde los recién nacidos fueron arrojados a la basura. ¿Podemos seguir ignorando estos hechos que suceden con frecuencia en nuestra sociedad, donde los bebes siguen siendo tratados como objetos, sin pensar políticas que mejoren el estado psíquico de estas personas y a las que damnifican cuando son rescatadas aún con vida?

El cuerpo forense inició la investigación para encontrar a la responsable, o los responsables, del hecho. No tardaron en reconstruir lo sucedido, con el objetivo de identificar el camión de basura que contenía el cuerpo del bebé. De esta manera, y reconstruyendo el camino regrediente que hizo el camión para recolectar la basura, se podría llegar a dar con el lugar en el que pareció el cuerpo del bebé. No pierden las esperanzas al recordar el trabajo exitoso de un caso similar, ocurrido en el 2013; ocurrido también en una plata de camiones de recolección de basura, Ceamse, en la localidad de José León Suarez, cuando hallaron a Ángeles Rawson, de 16 años, como madre y responsable del crimen.

 

Un hecho similar ocurrió en las primeras horas de la mañana del 27 de septiembre del 2016 en la plaza Don Bosco de Quilmes, cuando un hombre que vivía en la calle, durante el intenso solo de la tarde buscaba en la basura algo de utilidad y para su sorpresa halló, adentro de un contenedor de basura, una bolsa de supermercado con un bebé. El bebe todavía conservaba la placenta y el cordón umbilical; tenía una remera negra, muy pequeña, con el estampado de la banda Nirvana. El hombre, con miedo de ser acusado de sospechoso, pero, también, con intenciones de ayudar, si es que todavía podía hacer algo por el caso, avisó a las autoridades policiales para que investigaran lo que había pasado. El bebe tenía 7 meses y, según los vecinos de la zona, es habitual encontrar bebes muertos en los contenedores de basura de los alrededores.
5 meses antes fue encontrado otro bebe, esta vez por un cartonero, en un contenedor de basura ubicado en una esquina de la localidad bonaerense de San Francisco Solano, partido de Quilmes. El bebe tenía un intenso golpe en la cabeza y todavía conservaba el cordón umbilical.

La noche del sábado 15 de octubre del 2016, mientras la mayoría de los jóvenes salía para los boliches de la zona, en la ciudad de Paraná, en autos y motos, la policía entrerriana se encontró sorprendida por los sonidos que parecían llegar desde un contenedor de basura ubicado en barrio CGT, en calle Casiano Calderón y Coronel Domínguez, según detallaron las fuentes policiales. Al acercarse al contenedor encontraron a un bebe llorando y moviéndose entre la basura. Los uniformados decidieron trasladar al pequeño hasta el Hospital Materno Infantil San Roque, donde informaron que el bebé se encontraba en buenas condiciones después que los médicos realizaran los estudios para constatar el estado de salud del recién nacido.

Dos meses antes, el 13 de octubre del 2016, el servicio de emergencias 911 recibió una llamada donde informaban el hallazgo, sin vida, de un recién nacido dentro de una bolsa negra de consorcios, en las calles Directorio y Francisco Seguí en el barrio de Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires. La policía se dirigió hacia el lugar para hallar la bolsa de nailon negra donde se encontraba el bebé sin vida. Trasladaron el cuerpo hasta la sala de primeros auxilios, donde la doctora Mónica Beatriz Saqueta Melo se ocupó de confirmar que el bebé  se encontraba muerto y que aún tenía parte del cordón umbilical.

Las autoridades policiales trataron de averiguar el paradero de los familiares del pequeño. Intentan hablar con posibles testigos cuando se produjo el abandono del cadáver, pero no tuvieron éxito. Los habitantes del barrio declararon que no es la primera vez que pasa algo de estas características.
La causa fue caratulada como «Hallazgo de óbito recién nacido», por el doctor Pablo Adrián Rolón, fiscal en turno de la Unidad Funcional Nº 22 de Malvinas Argentinas, dependiente del departamento judicial de San Martín, quien dispuso la realización de varias pericias en el cadáver del recién nacido.

El 24 de noviembre del 2015, un cartonero, en Barracas, recorría los conteiner de basura de buscando cosas para después poder vender. Aproximadamente a las 17 hs. cuando el sol empezaba a bajar, el hombre se encontraba abriendo las bolsas de basura hasta que en una encontró un bebé muerto. El recolector de objetos caminó hasta la comisaría de la zona y enseguida comunicó la noticia. La prefectura y los bomberos se dirigieron hasta el contenedor de basura cito en la calle Alvarado 3291, entre Luna y Agustín Magaldi, de CABA, y confirmaron el hecho.

El 11 de agosto del 2016, a la noche, un hombre que se encontraba revisando deshechos de basura en la zona descampada de San Luis, precisamente en la intersección de la calle Franco Pastore con la ruta nacional 147,  encontró el cuerpo de un bebé con la placenta y el cordón umbilical dentro de una bolsa de basura. El hombre de la calle procedió de inmediato a denunciar el hecho a la policía provincial. El juez del Crimen 1 de San Luis, Sebastián Cadelago Filipi, confirmó la noticia señalando que esperaba los informes de los médicos forenses para determinar si se trataba de un aborto espontáneo o uno provocado, o de un parto normal con final trágico para el recién nacido. Reconoció que «hay evidentes indicios que estamos en presencia de un parto o alumbramiento, pero hay que determinar también si el niño nació vivo, si su muerte fue provocada de manera violenta o por el abandono en el lugar donde fue encontrado, o si nació muerto». De todas formas la acción del (o los) progenitor(es) nos lleva a reflexionar sobre la sucesión continua de estos hechos donde los bebes son arrojados a la basura como un deshecho, como algo que no sirve, y en la mayoría de los casos con un patrón que se repite, el cuerpo sin vida es acompañado de la placenta y el cordón umbilical. Esto nos lleva a investigar si los partos fueron realizados en condiciones seguras, clínicas u hospitales, o si se trata de nacimientos tratados como abortos tardíos o espontáneos como resultado de embarazos no deseados.  Estos hechos no solo pasan en nuestro país.

El año pasado, el 31 de octubre del 2015, en Sao Paulo, Brasil, una perra callejera rescató a un bebe de la basura salvándole la vida; se cree que el recién nacido había sido tirado a la basura un par de horas antes. La perra llevó con los dientes, a las arrastras, al bebe por unos cien metros y lo dejó en la puerta de una casa donde de familia donde los vecinos, ante el llanto recurrente del recién nacido, salieron a la calle y al encontrarse frente a ese cuadro socorrieron al bebe. Después de llevarlo al centro asistencial más cercano, se dio a conocer la noticia que el bebe fue compensado y se encontraba fuera de peligro. La madre del menor es intensamente buscada en la zona y los vecinos se disputan a la perra callejera, considerándola un superhéroe.
En julio del 2016, al atardecer, cuando el camión recolector descargaba la basura, en El Borbollón, partido de Las Heras, provincia de Buenos Aires, encontraron el cuerpo de un bebé entre los residuos. «El bebe tenía aún la placenta y llevaba pocas horas de haber nacido», informó la policía. La Policía Científica y el personal de Seguridad se puso a trabajar de inmediato para tratar de determinar de dónde provino la criatura, sin encontrar todavía al responsable del crimen.

El 28 de octubre del 2013, cuatro años atrás, un chico y su novia salieron a fumar por las calles de su barrio, Ciudad Evita, cuando se acercaron a una esquina, donde se apilaba una montaña de basura, debido a los sonidos que oían; se parecían a los de una gata en celo pero también a los de un bebé, dijeron más tarde.  A eso de la 1 de la madrugada, al aproximarse a la basura vieron moverse algo dentro una bolsa de nailon. Después de alejarse, volver y pensar si debían abrir o no la bolsa, se encontraron con la criatura. La pareja lo sacó, lo envolvió en una campera de gimnasia y lo llevaron hasta la Comisaría Novena, desde donde lo trasladaron al hospital Balestrini.

«El bebé llegó cianótico, completamente azulado, frío y en paro respiratorio, evidentemente estuvo muchas horas a la intemperie», informó el director asociado del hospital, Guillermo Cubelli. De inmediato, los médicos de la guardia se pusieron a disposición del recién nacido que no manifestaba signos vitales.

«Lo primero que hicieron fue abrigarlo y colocarlo en una incubadora, luego le pusieron una mascarilla para darle oxígeno, le clamplearon el cordón -que aún permanecía unido a la placenta- y, 20 minutos más tarde, observaron que el bebé estaba vivo», informó el Ministerio de Salud bonaerense.

Tras la reanimación, el pequeño fue trasladado al servicio de neonatología del hospital provincial Paroissien de La Matanza. El director, Alejandro Royo, dijo que el estado del niño es «delicado”, que permanece internado con asistencia respiratoria mecánica. Este caso nos lleva a preguntarnos sobre la vida del bebé, transcurridos ciertos años de su vida, una vez que es rescatada. Quitando el foco de atención en los ejecutores del hecho. Los traumas que el bebe percibió le deja huellas imborrables. Como no contamos con el seguimiento del crecimiento de los bebes hallados con vida, nos remitiremos a Jean Baptiste, el protagonista de la película El perfume, basada en la novela de Patrick Süskind, que además de volver a preguntarnos sobre el aborto legal y gratuito, con la posibilidad de reducir los traumas que dejan estos siniestros hechos a los progenitores y a los potenciales hijos, cuando fallan los intentos de asesinatos o son entregados al azar, nos preguntamos cómo siguen esas vidas. Y si esta sucesión ininterrumpida de hechos no es un síntoma social de algo que parece querer decirnos algo, de manera cifrada, como un mensaje, que no encuentra otra forma de expresarse que a través de estos hechos. Y que los ciudadanos y legisladores todavía no podemos terminar de oír con claridad lo que nos quiere decir.

Jean Baptiste nació el 17 de julio de 1738 en París. Fue abandonado por la mamá lo parió en el mismo lugar donde lo parió, detrás de un puesto de pescados de la feria. La película muestra al bebe entre los restos de pescados, gusanos y ratas. La mamá fue encontrada y llevada a la horca, en la plaza pública, frente a la mirada de la comunidad. El estado funcionó como ente protector, se hizo cargo del recién nacido enviándolo al orfanato Galliard. Pero este fracasó y a la edad de 13 años fue vendido como un objeto a una curtiembre, donde Jean Baptste siguió desarrollando el sentido de su olfato. La película, de Tom Tykwer, el mismo realizador de Corre Lola corre,  muestra el destino de su protagonista acusado de asesinato y condenado por ello.

 

 

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