AYER FUE EL DÍA DE LXS TRABAJADORXS Y EL CONCEPTO SE AMPLÍA

2 de mayo, 2020

Ayer se conmemoró el día del trabajador/a de la misma forma que el 8 de marzo, conmemorábamos el día de las mujeres. Hablamos de víctimas, a las que y los que, románticamente llamamos mártires, quienes no son más que el recuerdo vivo de una historia que avanza y se reformula con el paso de los años: La historia de la precarización laboral.

Me gustaría, más que un feriado, un día en la agenda en la que las, los y les trabajadores enunciemos, gritemos y festejemos, un derecho nuevo adquirido, un reconocimiento y resarción histórica por la tardía disposición del bienestar social.

Pero que decir en este contexto, ¿no? Trabajar es un privilegio sólo autorizado para algunes: teletrabajadorxs, vendedorxs de cualquier cosa por internet, empresas de envíos y reparto a domicilio. Y que para otros en cambio, es un riesgo para la salud, una sobre carga de tareas y atención que tampoco puede dejar de intentar sostener, proteger, realizar: personal de limpieza, de cuidados, comunicadoras, ciudadanas y ciudadanos que están pensando cómo hacer la moneda para mañana dentro del nuevo corralito económico que no permite circulación en la calle, siquiera abrir un local.

Una vez me puse a charlar con una cholita mientras esperaba a que se desocupara su baño y me hizo una pregunta que siempre me vuelvo a hacer: ¿De qué trabajan las mujeres en Argentina?

Buena pregunta pensé y listé lo que puede dimensionar hasta ese momento: Empleades muches, de comercios, empresas, mucha actividad industrial, comercial, gastronómica, en algún momento, cuando lo quiso la jefa, hasta tecnológica. Docencia, profesionales y no registrades. Limpieza. Emprendedoras, putas, gestoras y creadorxs de valores simbólicos. Pero casi siempre esclavas. Mal pagas. Maltratades. Privilegiadas no sé, pero que las hay, las hay.

La mujer me vuelve a preguntar: ¿no trabajan atendiendo baños? En Bolivia no hay baños públicos. En cambio, se alquilan baños, en ese momento eran 2 bolivianos, lo que en ese momento acá eran 4 pesos. Hablo del año 2017. Atender baños es un trabajo designado para las mujeres bolivianas y en general mujeres muy humildes y adultas mayores. Ella, que tenía más de 70 años, me lo preguntó con lamento y aseguró:

no sé qué haría si no pudiera trabajar de atender el baño.

¿Cómo están las mujeres de Bolivia? ¿Siguen atendiendo baños durante la pandemia? ¿Pueden no hacerlo? ¿Dé que otra cosa pueden trabajar?

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Ahora digo:

Mulas para las grandes. Tranza para las más pendejas. 

A partir de la ayudada otorgada por el estado en medio de la pandemia, el llamado Ingreso Familiar de Emergencia, se empezó a reconocer públicamente lo que se denomina: trabajo no registrado, trabajo informal. Trabajados que competen a los sectores más populares de la población. 

Crucemos: trabajos no registrados Vs. Ilegalidad

¿Va preso el mozo o el empleadore que no le registra?

¿Cómo tomarse una parti esta noche, viernes hermoso de otoño sin pensar de lo que sería si, por este consumo, fuera presa? Ah, pero cierto que eso ya les pasa a muches por consumo de marihuana y tanto en dependencias, comisaria cómo e cárceles, hay miles de personas, entre elles muchas mujeres, condenadas por cultivar o distribuir.

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¿Podemos llamar delincuentes a quienes son parte fundamental de un servicio altamente consumido en lo cotidiano? ¿Cuántas mujeres hay presas por ser trabajadorxs de esta categoría? O acaso trabajadora o trabajador es sólo aquel que logra y es aceptado por el sistema, por el “sentido común” o la moral?

Yo me acuerdo de perder trabajos por no tener la ropa adecuada para el protocolo de estilo que disimulaba la empresa. Empresa que me pagaba sin aportes y sin seguridad mensual. Tampoco me tomaron de trabajos por no saber hablar bien en inglés y eso que safo bastante y decí que tengo secundario completo, eso piden mucho . Empresas cuyos requisitos eran que no me quejara de la carga horaria, que aceptara SIEMPRE el sueldo mínimo por debajo de lo mínimo y necesario y que de ser posible haga un par de cosas más. También me han retenido de empleos por aceptar pagos ridículos por jornadas excesivamente largas y darse cuenta de que la manipulación salva las papas del horno cuando una camarera no se va en medio de la noche o no falta por ir al entierro de una ex suegra. Tengo estos ejemplos y más.. Trabajo desde las 16 años y nunca me dieron lo que me ofrecieron en una entrevista, y nunca me convenio ningún trabajo que no fuere independiente. Conseguir un trabajo no es tan fácil y es cierto que mucho menos para las identidades silenciadas y oprimidas. Incluso existe la oferta por género, que hasta hace unos años era impensable conquistar: colectiveras, comandantes navales, futbolistas profesionales. Bueno… casi.

Esta semana se habló mucho de la salida de los presos frente a la crisis sanitaria que puede producirse en un penal y lamentablemente se ridiculiza el conflicto y se desvía el foco de atención. Se habla de asesinos, violadorxs y genocidas por liberar. Pero no se habló de  institutos de menores, menos de cárceles de mujeres: ¿embarazadas y con hijes? ¿hola?

Decimos cárceles y suena una alarma, más de une dirá: no sabe no contesta. Prefiero no opinar al respecto. No voy a votar.

¿A quienes les tememos más? ¿A las mujeres que llevan merca en la concha o a los y las jueces que liberan por dinero y no por humanidad?

Hoy es el día de las trabajadoras y quería recordarles que muchas son aún víctimas y mártires de un sistema desigual dónde la invisibilización opera en consecuencia.

Se habla de más de ser generoses, de ser solidaries. Reconozcamos la economía popular, para poder en estas fechas, gritarles a quienes no quieren escuchar nuestras voces.

No más violencia laboral. Aldana Antoni.

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